Desde el Vicerrectorado de Internacionalización, Movilidad y Proyección Internacional de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), a través de su Gabinete de Relaciones Internacionales, les informamos que pasados 35 años, más de 12 millones de personas, entre jóvenes y adultos, han participado del proyecto Erasmus+, ya no se limita a los estados miembros de la Unión Europea, sino que incluye también a terceros países de todo el mundo, vinculados o no vinculados al programa, según fuentes de la Comisión Europea.
Otro dato relevante de la evolución del proyecto es que pueden beneficiarse del programa personas de diferentes niveles educativos, como estudiantes de Educación Superior, Formación Profesional, personal docente o voluntarios. Su objetivo actual es «apoyar, a través del aprendizaje permanente, el desarrollo personal, educativo y profesional de las personas en las áreas de la juventud, la formación, la educación y el deporte, dentro de Europa y fuera del territorio», describe la Comisión Europea.
Desde 1987, el programa Erasmus+ ha crecido en presupuesto, en personas beneficiarias, en número de países participantes y en objetivos. A continuación, repasamos cuáles han sido los datos más importantes de esos 35 años del proyecto, así como la valoración que hacen los expertos sobre su impacto, evolución y perspectivas de futuro.
El programa Erasmus+ potencia la empleabilidad de los jóvenes, según la Comisión Europea
Hacer un Erasmus es, para miles de jóvenes en el mundo, una experiencia de vida que deja una importante huella llena de nuevos aprendizajes. Irse de casa para convivir con gente de otros países, comunicarse en otro idioma, adaptarse a nuevas costumbres, compartir vivencias… Un estudio sobre el impacto del programa Erasmus+ en estudiantes de educación superior, publicado en 2019 por la Comisión Europea, concluye que esa experiencia «potencia la empleabilidad de los jóvenes -un 72% de los encuestados afirma que ha sido beneficioso o altamente beneficioso para encontrar su primer trabajo-; aumenta sus habilidades interpersonales e interculturales, e incrementa la confianza en sí mismos, la capacidad para alcanzar objetivos o la apertura cultural«.